¿Por qué somos una utopía?
Queremos sembrar la empatía y dejar que continúa su siembra más y más. Nuestras investigaciones y expresiones artísticas abordan las muchas preguntas que plantea el veganismo, así como también las muchas soluciones que encontraremos en el camino, juntos.
nuestra misión
La humanidad ha alcanzado un punto de inflexión en su historia. Cada año las consecuencias de nuestros actos se sienten de forma directa y creciente. A pesar de todos los impresionantes logros tecnológicos, la última década parece acumular más amenazas que oportunidades. El consumismo, la economía basada en la escasez, la exploración de los recursos naturales como si fueran infinitos… tales estructuras pueden desmoronarse, pero no lo suficientemente rápido. Sin embargo, en el corazón palpitante de este cuerpo enfermo, se encuentra una capacidad secreta que podría provocar la transformación completa de la sociedad.


Cuando elegimos ignorar o cuando las instituciones nos ciegan, nos olvidamos de este valor especial que podría enviar ondas de choque a todas las demás esferas del comportamiento humano. Este valor tiene muchas expresiones y es uno de los pilares de la sociedad moderna: se llama empatía y se beneficia del reconocimiento de nosotros mismos en el otro, incluidos los animales no humanos. Cuando percibimos que los animales, como nosotros, desean amar, cultivar la amistad, aprender, procrear en sus propios términos, envejecer y morir de forma natural, alimentamos la empatía.
Una de las manifestaciones de la empatía, como ya te habrás dado cuenta, se llama veganismo. Cuando se guía por la filosofía vegana, no solo muestra respeto hacia los animales no humanos, sino que también muestra compasión hacia sus semejantes. Por mucho que ninguna persona en ningún lugar nunca deba pasar hambre, ni ser objeto de violencia y abuso de ningún tipo, tampoco los animales no humanos deben ser separados de sus padres a una edad muy temprana, estar sujetos a mutilaciones, crecer. en albergues insalubres y abarrotados, ser alimentado de acuerdo con el uso deseado de su cuerpo, ser inyectado con hormonas y antibióticos, ser sujeto a inseminación artificial contra su voluntad, y ser criado hasta su muerte por medios violentos, cuando el beneficio sobre su cadáver superar el costo de mantenerlo vivo.

La continuación y el progreso de nuestra civilización se ve frenado por el acto injustificado de esclavizar animales para el beneficio y el consumo humanos, ya sea como alimento, ropa, mano de obra, pruebas o por cualquier motivo. La dictadura de la supremacía humana sobre otras especies y el mito de nuestra dependencia nutricional de la proteína animal están a punto de terminar. Tenemos que aprender a convivir con nuestros compañeros animales y eso no significa mejorar las condiciones de los animales con estándares más «humanos» de explotación. Debemos poner fin a la explotación animal y declararlos a todos libres. Restaurar los hábitats naturales y ayudar a las poblaciones actuales a alcanzar condiciones más sostenibles son parte de este proceso. La Declaración Universal de Derechos Humanos llegó no hace mucho y, aunque la esclavitud humana aún existe, ya no es la norma y está condenada internacionalmente. La esclavitud animal aún no ha terminado.

El veganismo está creciendo en todas partes, lo que nos da esperanza para que podamos trabajar por ese cambio, difundiendo información veraz, permitiendo que la empatía se manifieste de forma natural, como el jardinero que vierte agua sobre una semilla para germinarla. Como especie capaz de superar tradiciones y transformar patrimonios culturales, sabemos POR QUÉ deberíamos ser veganos.
Se han dado muchos primeros pasos en esa dirección en todo el mundo, y esta caminata ya no es un camino solitario. Ahora es el momento de pensar en CÓMO construir una sociedad vegana. Ahí es donde comienza nuestra misión. Los mayores desafíos están por venir. Muchos pondrán los ojos en blanco, cerrarán los oídos y defenderán la tradición, la ascendencia y una lista de excusas que no se oponen a la información y que se desmorona ante el amor.
Muchos lo llamarán una utopía imposible.
Lo llamamos La Utopía Vegana. ¿Estáis con nosotros?

Vitor Schietti
Solía fotografiar para inspirar y escalar rocas para expirar.
Luego vino el veganismo en el camino...