Las felices vacas suizas
Éramos um grupo de seis amigos desfrutando uma pausa para um lanche em meio a um proveitoso dia de escalada em uma zona rural da Suíça. Não longe da parede onde estávamos, um grupo de vacas pastava. “As vacas na Suíça são tratadas melhor que a maior parte das vacas no mundo, são felizes!”, foi a conclusão de um amigo próximo, residente do país conhecido por suas belas montanhas, amplos pastos e pelo agradável timbre de sinos anunciando o paradeiro de suas carismáticas vacas.
Contive meu ímpeto de imediatamente rebater o argumento e discursar sobre as mazelas e injustiças estruturais as quais também aquelas vacas estavam submetidas.
Por um momento suspendi minhas certezas e convicções, tentei assimilar aquela declaração e analisar sua validade. Me parecia claro que meu amigo tinha razão em um dos pontos: aquelas vacas eram bem tratadas e sim, pareciam felizes se comparadas a outras tantas parentes suas habitando outros países. Durante os 9 dias que viajei pela Suiça, em Julho de 2020, observei e fotografei vacas a cada oportunidade. Elas comiam uma grama perfeitamente verde salpicada de margaridas, dentes-de-leão, em companhia de abelhas (me pergunto se domesticadas ou selvagens), em cenários de cartão postal, às vezes emolduradas por montanhas nevadas, outras entre paredes de pedra que refletiam uma luz cálida ao final de longos dias de verão. Mas talvez não seja a vista o que mais salta à atenção, os sinos logo ganham destaque por sua onipresença. Se não todas, a maioria das vacas portam sinos que emitiam altos ruídos ao mínimo movimento de cabeça.

Mientras están comiendo o tratando de deshacerse de enjambres de moscas, caminando, dirigiendo la mirada hacia un lado o hacia el otro, estaban los cencerros, fuertes y claros, cada uno con su propio timbre. Para aquellos que estén dispuestos a probar, es posible apreciar el sonido como una música entrópica, una especie de orquesta orgánica. Pero para el voluntario que sostiene tal esfuerzo, pronto surge la conclusión de que, después de todo, no hay armonía en esta melodía. La armonía que se vende como bella en realidad se muestra incómoda, pero muy bien vendida como agradable por los quienes interesan vender los productos de este sistema. ¿Agradable para quién?
No tiene por qué ser agradable pasar los días con una campana alrededor del cuello. A ti no te gustaría, a mi no me gustaría, y a ellas y ellos, seguramente tampoco.


Allí se esconde otro dato al menor inconveniente: ¿dónde están los bueyes, si hay tantas más vacas que pastan sus compañeros machos? No están ahí porque sirven para otros propósitos de esta elaborada industria. Sirven el consumo de carne, muchos de ellos sacrificados desde los 30 días y vendidos bajo el nombre de “ternera”, un subproducto de la industria láctea.

Este grupo de vacas fotografiadas en Gastlosen estaba compuesto solo por machos en su adolescencia tardía, pastando aparentemente despreocupados, pero quizás no por mucho más tiempo.

En el empaque de leche orgánico, una vaca dibujada nos toca la guitarra. ¡Una verdadera artista! Ella parece feliz. Ya habrá olvidado a sus hermanos desaparecidos, ya habrá perdido la audición, ya estará conformada con lo que a cada ternero que nace, la mayor parte de la leche producida por sus cuerpos será robada por otra especie, que la detiene, que la usurpa. Ni siquiera le lastima tanto el brazo que entra en su ano para direccionar el cáteter dentro de su vagina con sémen de un toro, y no ha conocido el placer del sexo, no está capacitada en los rituales de apareamiento, nunca ha podido aprenderlos.
En esa pausa para el refrigerio, guardé las ganas de luchar contra ese argumento ingenuo, quería discutir sobre la felicidad de las vacas, y sobre nuestro poder para elegir si participar o no en este escenario. Pero no lo hago, ya sé lo “radicales” que serán mis ideas. Tomo fotos, escribo este artículo, dibujo la puerta a la salida de esta distopía y espero inspirar la entrada a una utopía que nos espera del otro lado. Mi amigo habrá que pasar por esa puerta solo. Al menos espero que no pase mucho tiempo después de saborear una tostada con mantequilla sazonada con hierbas alpinas que, después de todo, ambos sabemos, en realidad no proviene de una vaca feliz.

Vitor Schietti
Si no trabajar para hacer de este mundo un poco mejor de lo que encontré, ¿para qué más?

Los siguientes pasos recomendados por La Utopía Vegana:
Como consumidor, puedes:
- Dejar de consumir leche de origen animal, ecológica o no.
- Dejar de consumir quesos, frescos o curados, lo que sea. Todo queso proviene de la leche, toda la leche es producto de un sistema necesariamente exploratorio, injusto, incompatible con el respeto a la vida animal en toda su belleza y complejidad.
- Conocer el valor proteico de las fuentes vegetales, conociendo así el lado opuesto a lo que se hizo mito de que necesitamos leche para obtener calcio y proteínas.
- Descubra el sabor de los quesos veganos si no puede imaginar una dieta sin ese rico sabor. Hay excelentes productos en el mercado.
¿Te parece difícil? Estamos aquí para ayudarte con la transición, que pronto notará, no es difícil ni desagradable. El curso de Vegginers está siendo cuidadosamente elaborado por nuestro equipo. Visite para obtener más información y adentrar la lista de espera.
Como agricultor animal, puedes:
- Hacer la transición de la ganadería a la agricultura, como es el caso de esta sensible historia.
- Aprenda sobre permacultura y agroforestería y busque el posible equilibrio dentro del ecosistema de su región. La presencia de animales en los ciclos de algunas prácticas de permacultura puede ser ventajosa para el ciclo en su conjunto, pero también puede realizarse con la máxima libertad y respeto por esa vida animal, que no necesita ser ordeñada ni sacrificada. Solo mantente vivo.
- Tome la iniciativa en un mercado en crecimiento que se está volviendo cada vez más común y optimice su presencia en el mercado de una manera rentable, sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Estamos estructurando un curso especialmente dedicado a ayudar a los ganaderos a hacer la transición del negocio ganadero al negocio de la agricultura vegetal. Si conoce a algún especialista en este campo, nos encantaría saber de ti, escribenos un correo electrónico.